….Cada ave, cada mariposa, cada mamífero…. En definitiva cada especie animal que es observada en el Centro El Tucán y los alrededores queda registrada en el Cuaderno de Bitácora en un constante movimiento, los visitantes participan en estas observaciones para agrandar estos censos, incluso con notas y fotografías.
HOY
Estrenamos nuevo sendero en el Centro el Tucán y trabajamos en su interpretación, identificación de especies de flora y fauna que en él se encuentran.
Las labores de interpretación e identificación las llevamos a cabo con ayuda de profesionales y de voluntarios.
Si quieres participar en un periodo de pasantía escríbenos a centroeltucan@gmail.com
Recientemente:
Durante casi cinco meses entre enero y junio de 2015 hemos realizado el monitoreo de un nido de Barbudo Copetimanchado, Spot-crowned Barbet (Capito maculicoronatus), que esta especie hizo en nuestro jardín. ¿Por qué nos interesa tanto esta especie? El Barbudo Copetimanchado es una de las especialidades del Camino de Achiote, una especie difícil de observar en otros lugares del país. Además estas aves no han sido estudiadas nunca antes, es decir, no se conoce ningún dato sobre su proceso de anidación, así que es importantísimo tomar los datos y hacer un estudio que será el primero sobre esta especie, tenemos acceso a una información que hasta el momento se desconoce.
La pareja junto a sus dos polluelos, un macho y una hembra, abandonaron el nido el 9 de junio. Ahora nos queda el trabajo de revisión y edición de vídeos, interpretación de datos y elaboración de un informe/artículo científico con ayuda de ornitólogos experimentados.
La pareja de esta especie trabajó en su nido, en un árbol seco en el mismo jardín del Centro El Tucán. Construyeron el hueco, pudimos observar cómo macho y hembra trabajaban por igual en la extracción de madera del tronco, cómo se deshacían de la madera posados en árboles cercanos y como trasladan una pequeña parte de la madera a algún lugar más lejano. Cómo se alimentaban y vigilaban su nido en árboles cercanos como el marañon o el mango, cómo variaban a menudo sus rutinas para que nadie conociera sus movimientos.
Vimos cómo eliminaban las cascaras de huevo del interior del nido y cómo macho y hembra volaban incansables en busca de comida para sus polluelos.
El monitoreo se realizó con la ayuda esporádica de estudiantes de Biología de la Universidad de Colón.
Una cámara de video grabó durante poco más de 12 horas al día ese nido para no perder detalle y Mariló revisó a diario todas las filmaciones y extrajo todos los datos.